21 de julio de 2008

poemas varios de Eugenio Montejo

LA POESÍA


La poesía cruza la tierra sola,

apoya su voz en el dolor del mundo

y nada pide

ni siquiera palabras.


Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;

tiene la llave de la puerta.

Al entrar siempre se detiene a mirarnos.

Después abre su mano y nos entrega

una flor o un guijarro, algo secreto,

pero tan intenso que el corazón palpita

demasiado veloz. Y despertamos.




De su libro Terredad, "Provisorio epitafio":


No me despido en una piedra

ilegible a la sombra del musgo,

--voy a nacer en otra parte.


Es provisorio mi epitafio,

quedan líneas en blanco

que alguien podrá llenar más tarde;

son cifras de otra vida, no de muerte,

son una partida futura

de nacimiento


Ignoro adónde voy,

de qué planeta seré huésped,

a partir de cuál forma de materia

--carbón, sílex, titanio--

me explicaré después por aerolitos,

hablaré desde el agua.


No digo adiós en una piedra,

provisoriamente la dejo desnuda.

Lo que nadie imagina es lo más práctico





DURA MENOS UN HOMBRE QUE UNA VELA...

Dura menos un hombre que una vela

pero la tierra prefiere su lumbre

para seguir el paso de los astros.

Dura menos que un árbol,

que una piedra,

se anochece ante el viento más leve,

con un soplo se apaga.

Dura menos un pájaro,

que un pez fuera del agua,

casi no tiene tiempo de nacer,

da unas vueltas al sol y se borra

entre las sombras de las horas

hasta que sus huesos en el polvo

se mezclan con el viento,

y sin embargo, cuando parte

siempre deja la tierra más clara.

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