13 de febrero de 2009

Son hijos de esta era, de Víctor Olguin

Son hijos de esta era

 Víctor Olguín

 

Los hijos de la tiznada, los hijos del máiz, los hijos de la mañana, los hijos de su mal dormir, los hijos de su pelona, los hijos de la rejinjurria; incluidos los hijos de María Morales, los de la guayaba y la tostada, se ignoran hermanastros, hijos bastardos del miedo.

 

Nacieron inocentes, mas la gracia les quedó grande. Caínes y Abeles temblaron al ver el destino en sus manos; quisieron volver al seno materno y se aferraron a lo primero. Fue así como hallaron cobijo en un útero gigante, mecánico y deforme. Allí se zambullenLos hijos del miedo; duermen creyéndose despiertos mientras chupan y consumen ávidos un alimento insulso, dañino. De pronto los invade la ansiedad, mas el seno los reacomoda entre sus pliegues prodigándoles un cosquilleo seductor. Pretenden rehuir su condición volcados en el afán de ser chingones. Su máximo deseo: llegar al centro del hervidero, exhibir su impudicia y hacerse aplaudir. Tales son Los hijos del miedo.

 

Sin despertar ni menguar su chupeteo Los hijos del miedo, y sus propios hijos, se abrazan, muerden, rasguñan y patean. Se regodean en el calorcito circundante. No advierten que son el gordo del caldo, que los ha engullido y digiere sin prisa la gran puta que los parió.

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