por Jair García-Guerrero
1. No estudies más: limítate a los sagrados conocimientos que te enseñaron en la Facultad; los cursos de actualización son para gente sin qué hacer o para ir al viboreo.
2. Interroga los síntomas con sus nombres científicos: no te molestes en ponerte en los zapatos de tus pacientes, muy su problema si no te entienden.
3. No planees la entrevista ni la exploración: cuestiona las cosas al azar, sin orden ni importancia, y explora como quieras, al fin y al cabo los datos ahí están. Puedes ir directo sobre la auscultación, para que los enfermos descubran que conoces el origen preciso de sus dolencias.
4. No expliques: no se te ocurra intentar explicar la causa de la enfermedad, no la entenderán, además: a ellos sólo les interesa su tratamiento.
5. Escribe con mala letra y ortografía: los farmacéuticos son expertos en tus garabatos y jamás se equivocan; además, conocen bien el efecto de todas las medicinas.
6. No escribas la sustancia activa de los medicamentos: los pacientes deben comprar la fórmula que tú les indicas, y es su problema encontrarla o conseguirla.
7. No consultes el vademécum: no investigues, ni compruebes las formulaciones, dosis o interacciones; confía en tu privilegiada memoria.
8. No atiendas a los pacientes sin cita: ellos saben bien que no pueden acudir al servicio médico sin previa cita, y que tú tienes una vida muy ocupada e importante.
9. Regala tu trabajo: la medicina es un apostolado y los pacientes nunca pueden pagarte.
10. No trates con los representantes: a ellos sólo les interesa que recetes su marca y jamás le ayudarán a tus pacientes ni te servirán como actualización.
Nota: si después de seguir al pie de la letra este decálogo no consigues ser un médico mediocre, puedes considerar consultar sin bata y en bermudas. También puedes considerar buscar empleo en los Servicios de Salud de Estados Unidos: ahí sólo te contratan si lo eres.
Diciembre de 2009
22 de diciembre de 2009
"El Hombre Imaginario"
por Nicanor Parra
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.
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